martes, 13 de noviembre de 2007

Espera Siempre

La muerte espera siempre, entre los años,
como un árbol secreto que ensombrece,
de pronto, la blancura de un sendero
y vamos caminando y nos sorprende.

Entonces, en la orilla de su sombra,
un temblor misterioso nos detiene:
miramos a lo alto y nuestros ojos
brilla, como la luna, extrañamente.

Y, como la luna, entramos en la noche
sin saber dónde vamos, y la muerte
va creciendo en nosotros, sin remedio,
con un dulce temor de fría nieve.

La carne se deshace en la tristeza
de la tierra sin luz que la sostiene
Sólo que quedan los ojos que preguntan
en la noche total y nunca mueren.