viernes, 28 de septiembre de 2007

El Recuerdo Que Jamás Fue Prohibido pt. I

Cuando aun tenia la habilidad de volar en la oscuridad mientras mi cuerpo yacía sin fuerzas en la cama, descubrí la subjetividad de la realidad en diminutas visiones que iban y venían, fugaces, como un espectáculo interminable que algunas veces blindaba mis sentidos. Cada noche al cerrar los ojos y sentir el cansancio aberrante que evidencia el fin de un día productivo, el limbo entre el consciente y el inconsciente domina los sucesos que acontecen en la realidad. Las creaciones de mi mente tienen lugar en lo que llamamos realidad. Mi cuerpo responde a los impulsos falsos que materialmente no tienen lugar. Luego de este limbo, no existe nada. No existe, no puede. Simplemente no pertenece. Son invenciones deliberadas y, muy humanas por cierto.Entonces, porque las consecuencias de los juegos de la imaginación han tenido, o tuvieron trascendencia en mi vida. Supongo que mi vida es real, y lo que invente o maquine mi cerebro no lo es. El recuerdo que jamás prohibí llegó de manera tan misteriosa, y se quedó en mi memoria para que estuviera presente siempre, y quizás incluso para que escribiera unas lineas sobre el.
Me observaba minuciosamente desde arriba, y su respiración estremecía mis tímpanos cada vez que se acercaba a mi rostro.No podía abrir los ojos, no quería mover el cuerpo. No quería arrancar.Tendida en la cama, esperaba que se fuera y me dejara en paz, llevando consigo ese frío seco que impregnaba la habitación en ese momento.No sentía miedo, solo aversión frente a la repulsiva actitud de " eso" que me espiaba con descaro. Inmóvil, sentía todo amplificado; exagerado. Las respuestas de mi cuerpo se traducían a constantes escalofríos que contraían mis músculos una y otra vez... espasmos intensos.
Sus manos como una sustancia etérea, se posaban repentinamente sobre mi cabeza, traspasando mi cráneo, hasta absorber mis pensamientos, y comienzan las visiones.
Una mujer se balancea, colgada del cuello con una cuerda.Las cuencas de sus ojos están vacías. Su alma está lejos de ti. Más cerca estaba de mi en ese momento. La mujer puede ver. Una mosca vuela al rededor de su brazo púrpura, y la espanta con la mano. Todo se sume en una profunda oscuridad.
Abro mis ojos nuevamente. Ya no está; se ha ido. Intento quitarme el pelo de la cara, pero algo resbala. La habitación tiene pequeños rayos de luz nuevamente. Recojo lo que ha caído.Es una fotografía: Es la mujer.