viernes, 2 de febrero de 2007

Recuerdo Nº 3 - Lillium Inter Spinas


Nadie sabe por qué esa mujer cierra sus ojos para disimular la desesperación y el dolor que generan los suspiros entrecortados que son depositados en congelada brisa nacida en las profundidades de un invierno tempestuoso. Un manto de nieve reposa en la hendidura de sus clavículas. Sólo se ve su cabeza, hasta una pequeña porción de los hombros. A su lado, hay un reloj de arena con muchas medidas diferentes del tiempo: los primeros granos de arena que caen, representa el tiempo eterno que transcurre mientras la mujer existe y cómo percibe el sufrimiento. El segundo, representa cada grano de arena exactamente en la misma sincronización a la de las vibraciones del quarzo, por lo que cada sesenta de éstas, se crea un minuto.Los humanos que la contemplan pueden pasarse su vida entera tratando de responder la interrogante que surge en el mismo momento en el que se encuentran ante sus facciones ajadas.


"¿Qué podría causarle a un ser viviente tal sufrimiento como para llegar a expresar ese tormento?"


Lo cierto, es que aquella dama vive dentro de la primera pintura que creé, para una persona que jamás se interesó lo suficiente por mis sentimientos, y si lo hizo, no se molestó en demostrarlo. Aún tengo ese retrato arrumbado junto con muchos otros en la bodega de mi casa; porque nunca se lo llevó. Entonces, la omisión llego a mi como una alternativa de salvación extrema.

La mujer de la pintura cada vez sufría más con esas espinas que se retorcían a lo largo de su cuerpo y creaban esas incesantes corrientes de sangre manadas desde venas quebradas.

Espera... sólo tienes que esperar un poco más hasta que las espinas se sequen y se desprendan de tu piel. En ese momento todo se acabará. ¿Esperarás?

Cada pregunta que hacían sobre la pintura, era una mentira o una omisión (como gusten llamar), como una gota de sangre perdida en el velo que nunca dejó que viese algo realmente importante.

Ahora buscaré un culpable: Si se hubiesen llevado la pintura, no habría tenido que mentir cuando preguntaban el por qué de tan intenso dolor. Siempre preferí mentir antes de que pudiesen descubrir lo que se alojaba dentro de mi mente. Si la mentira u omision es buena o mala, no seré yo quien comienze a juzgar algo que me tiene sin cuidado, por el momento.




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